Estábamos en uno de los lugares más bellos de nuestro planeta. Nos encontrábamos en parajes y territorios totalmente salvajes donde el oso polar campaba a sus anchas; parajes hermosos, lugares de silencio y de belleza, fríos y recios… y también allí nos encontramos algo para pensar… para pensar en nosotros y en lo que hacemos con nuestra amada Tierra, y para enviar más amor si cabe sobre este colectivo que imperativamente debe aprender a cuidar el hogar que le permite aprender, vivir y crecer…
que estas imágenes no añadan más críticas en la trama energética, que solo nos sirvan para abrir más aún nuestro corazón y pensar que puede haber dentro de nosotros que permita que estas cosas ocurran… que la mejor de nuestras miradas se ponga en todo cuanto suceda…