El "Ressenti"

El término “resentir”, es una palabra que realmente no existe en castellano. Lo hemos traído derivado de la palabra francesa “ressentí”.

En el francés se hace distinción entre las palabras “sentir” y “ressentí”. Mientras “sentir” tiene la misma significación que se le da en el castellano, la palabra “ressentí”, entre varias significaciones, tiene una muy apropiada para lo que nos trae, haciendo referencia a algo que se sabe que es cierto de un modo interno, a partir de una percepción interior: se trata de una certeza profunda que no es demostrable.

Va incluso mucho más allá de la intuición. Es una convicción profunda derivada de las percepciones internas y los efectos subjetivos que provoca pero que no estaríamos en condiciones de poder explicar..

Francis Lizon nos explica el resentir como “Un sentido interno estimativo, en el sentido que Santo Tomás de Aquino llamaba “Lo Estimativo”. Este sentido hace apreciar al sujeto la utilidad o la nocividad de una cosa conocida por los sentidos externos (los cinco sentidos) o aún la existencia y por tanto la utilidad o nocividad de cosas desconocidas e inaccesibles a los sentidos externos

No es un término que pertenezca solo al ámbito de la radiestesia, como sucede cuando marcamos un punto de agua subterránea, una línea de la red global, o una falla, o más aún cuando tenemos una percepción global de un sitio, sino que tiene un alcance mucho más amplio en nuestra vida, que podemos usar en los momentos importantes de la misma (de hecho lo hacemos muchas más veces de lo que pensamos, incluso de modo inconsciente). En esos momentos en que tenemos que tomar decisiones que vienen dictadas por el corazón y que no coinciden con los criterios que la razón o el discurso social nos dicta.

¿Y cuál es la primera particularidad de este ressenti? Que es algo totalmente individual, único, y subjetivo de cada uno. Nadie nos puede decir nunca cuáles son las percepciones de mi ressentí; porque mis sensaciones profundas son mis sensaciones profundas y se relacionan no solo con la química de mi cuerpo y las particularidades de mis sentidos, sino con la subjetividad, lo emocional y los aspectos sutiles que me acompañan. Todos y todas somos únicos, tenemos constituciones físicas, psíquicas, astrológicas y telurológicas diferentes.

Se trata de comenzar de nuevo a sentir con el corazón.