Mucho se está hablando de esta fecha que viene a indicarnos el final de dos ciclos, el ciclo mundial de 5125 años y el de la órbita de la Tierra de 26625 años a través de las constelaciones del zodíaco. El denominado ciclo equinoccial. Y que llegue el fin de estos ciclos, uno contenido en el otro, no es sino la señal de que se abren nuevas puertas, un nuevo ciclo que comienza desde ambas perspectivas. Me pregunto porqué tantas predicciones apocalípticas, porqué Hollywood se vuelca en películas que multiplican sesión tras sesión las imágenes de destrucción por el mundo, porqué añadir más miedo al miedo que ya nuestros medios de comunicación introducen de un modo constante en lo cotidiano … ¿A quién le interesa que las cosas sean así?…
Sabemos que un ciclo termina, sabemos que otro comienza y que nuevas energías se abren camino para todos nosotros, para el colectivo y para la vida. Sabemos también que nuestro mundo no puede continuar del mismo modo… alejados de toda relación con la naturaleza, en condiciones donde son muchos los seres humanos que sufren de las carencias más básicas, en condiciones donde se destruyen los recursos básicos, donde la «Educación» se aleja del Espíritu del Ser Humano, donde el dinero…. para qué continuar por este camino…
La vida nos da la oportunidad de un gran cambio, de un cambio hermoso; la vida nos da la oportunidad de recuperar el propio poder, el poder de nuestro pensamiento, el poder de nuestro corazón, el poder de decir no, si es necesario. Son muy sencillos en mi opinión los pasos que tenemos que dar para iniciar este nuevo sendero, es el paso de poner nuestro pensamiento al servicio de lo mejor, de poner nuestro corazón al servicio de todo aquello que soñamos y de hacerlo de tal manera que lo hagamos no para nosotros esepecíficamente, sino para todos aquellos que realmente tienen necesidad de ello; y la vida ya nos traerá el retorno respectivo… Y hemos de hacerlo viviéndolo, como si ya estuviera realizado, poniendo todo nuestro corazón en ello.
Eso es lo que puede a veces no ser fácil, ser capaces de vivir desde nuestro interior como si ya estuviera realizado, el mundo que queremos, los seres humanos en armonía consigo mismos y en armonía con todos los reinos de la vida, de la naturaleza… la abundancia, la alegría, el reconocimiento está ahí para todos y para cada uno…
Yo propongo para este día viernes próximo un día consciente… propongo un ratito para la meditación o para la oración en la soledad, y que todo lo que hagamos a lo largo del día lo hagamos de un modo consciente. Mirémonos al espejo y demos gracias por estar aquí, demos gracias por todo lo aprendido y por lo que vamos a aprender; demos gracias por las dificultades, por la vida, por la oportunidad de compartir cada día en este maravilloso planeta, demos las gracias por la posibilidad de estar aquí vivos, y en este momento preciso. Yo propongo que si nos juntamos para festejar con los otros, lo hagamos de un modo consciente…
Este día puede marcar un verdadero gesto simbólico, pero sobre todo un verdadero comienzo de cambio real. No creo que el cambio sea de la noche a la mañana, pero no se ha de demorar; de hecho ha empezado hace ya mucho tiempo y será nuestra consciencia individual y colectiva, nuestro pensamiento y nuestro corazón los que permitirán que todo vaya en una dirección o que vaya en otra. Os invito a acercaros a saludar al sol en el momento del amanecer. Démosle las gracias por su presencia, y hagámoslo con nuestro planeta y dirijamos estas gracias al Espíritu de la Galaxia y del Gran Sol Central…
Un fuerte abrazo de corazón para todos, para nuestro planeta y para esta época tan maravillosa y especial en que hemos elegido vivir.
Daniel Rubio Guerrero