Geobiología consciente

La Geobiología da cuenta del intercambio de energías Cosmotelúricas y su influencia sobre los Seres Vivos.

Nos corresponde a nosotros captarlas adecuadamente. Tanto en las manifestaciones físicas que podemos ver y comprobar, como en sus manifestaciones sutiles. En las manifestaciones más visibles, como en las más invisibles.

Para ello hemos de ser conscientes también de nuestra propia dimensión sutil, el posicionamiento a partir de nuestros propios Centros Energéticos.  Un posicionamiento que implica un verdadero anclaje en la Tierra a través de nuestro Centro del Rojo y con el soporte de nuestros pies, a nivel físico, y de las espirales correspondientes a nivel etérico.  Un posicionamiento que implica la apertura de nuestro Corazón, y del Centro de la Coronilla, permitiendo la circulación energética vertical cosmotelúrica a través nuestro.

Es lo que solemos llamar “Tener los pies en la Tierra, la Cabeza en el Cielo, y el Corazón Abierto”

Una captación que implica un “Vacío Mental” en el momento de realizarla. Utilizamos nuestro mental para establecer la pregunta adecuada, y una vez la hemos realizado, nos olvidamos absolutamente de todo para percibir la realidad completa y vibratoria del lugar. No solo en sus aspectos más externos, (rocas, formas, plantas, árboles, fuentes, geología, suelo, cielo, etc…) sino en los más sutiles, en los más invisibles (seres “Elementales” de la Naturaleza, los Elementos, influencia de las Fuerzas, el Etérico del lugar, los Caminos Energéticos…)

Una Geobiología Consciente  nos abre a una dimensión del Planeta como un verdadero “Ser Vivo”, con su Espíritu encarnado en el núcleo, y la manifestación sagrada del mismo en cada uno de los lugares que se expresa. Implica recuperar nuestra relación con lo Sagrado. Reconocer nuestro planeta no solo en su belleza sino en su dimensión sagrada.

 

Telurología. [1]La Tierra es un ser consciente y vivo. Su espíritu se encuentra en el interior de su cuerpo, en el seno del núcleo duro, en el centro del planeta. Es lo que se llama “El Espíritu encarnado en el núcleo”, es decir, la energía de vida que anima. Esta consciencia se manifiesta a través de diferentes reinos que representan los cuerpos sutiles de la Tierra. A escala colectiva, el Mineral es su cuerpo Físico, el Vegetal su cuerpo Etérico, el Animal su cuerpo Astral, y el Humano, gracias a su “Supra-consciente”, su cuerpo Causal.

[1] DIDIER, D.,  “Tratado de Telurología” Teoría Práctica, ed., Parientes, Niza, Francia, pp., 95

MARKO POGACNIK: “Geographie Sacrée”Ed., Aethera
“Mi experiencia, y la de numerosas otras personas sensibles en el mundo entero, me han mostrado que existen planos y dimensiones de la Tierra y de la naturaleza que no son percibidas ni siquiera reconocidas por las ciencias basadas solo en el intelecto. Por lo tanto estoy convencido de que juegan un papel decisivo para que la vida pueda desarrollarse sobre la tierra en toda su variedad y belleza.”